martes, 30 de diciembre de 2008

CUANDO DESPIERTAN LAS EMOCIONES

Alguna vez tuve esta percepción de la vida…


Cuando despiertan las emociones



Cuando despiertan las emociones
se oyen canciones, gritos, lamentos,
cuando se avivan las sensaciones
también despiertan los sentimientos.

La niñez es alegría,
cantos y juegos, música y baile,
allí despierta el conocimiento,
allí se vive sin miedo a nadie.

La juventud, ¡oh, qué belleza!
cambia la vida sus condiciones…
porque se estudia con más dureza,
porque se crean las aspiraciones.

Después se crece, se vive y muere
cargando siempre con compromisos;
los responsables y los sumisos
son los que cumplen, los cumplen siempre.

Pesa el trabajo,
mata la vida…
Ahoga el cansancio al morir un ser.
Cuando se duermen las emociones,
se apaga el alma de una mujer.


lunes, 29 de diciembre de 2008

LA NOCHE

Apenas empezaba a descubrir el encanto de la noche, que finalmente se convirtió en mi refugio predilecto, en mi escondite favorito. La noche que invita a soñar, a encender el fuego interior para iluminar las tinieblas, a formar parte de su misterio, a perderse en su magia, a internarse eternamente en sus enigmáticos dominios…


La noche

La noche encierra misterios,
misterios que tiene el alma,
la noche guarda secretos
que si atormentan, roban la calma.

La noche esconde murmullos,
besos, mentiras, versos, canciones,
que despiertan en el día,
y dan a la vida mil ilusiones.

La noche roba poemas,
cuentos y trinos, inspiraciones,
que dan los enamorados,
los sabios, pobres y millonarios.

Noche vestida de negro,
noche callada, noche serena,
guárdame entre tantas cosas
el gran dolor, las grandes penas.

Noche bella y silenciosa,
¡Oh Noche hermosa! ¡Noche tranquila!
Guárdame en un rinconcito
las cosas malas que hay en la vida.

domingo, 28 de diciembre de 2008

L L U V I A

Para este poema, la rima fluyó líquida y celestialmente. Se derramó sobre mi interior de la forma más natural que hasta ese entonces hubiera conocido. Siempre disfruto leer este poema.


Lluvia

Lluvia que vienes del cielo
tráeme un mensaje de arriba,
mas no me des desconsuelo,
nunca me quites la vida.

Lluvia pura y pasajera,
eres continua viajera,
eres agua cristalina…
¡Eres belleza divina!
Lluvia clara y cancionera.

Eres lluvia cantarina,
eres limpia y lavandera
eres agua, eres cielo,
¡lo más grande de la vida!

sábado, 27 de diciembre de 2008

N U B E S

¡Ah! ¡Mis primeros poemas!... ¡Era tan natural escribir a la naturaleza! Desafortunadamente ya no escribo poemas específicos a las nubes, a la luna o a la lluvia como solía hacer en esa época…ahora incluyo todos esos elementos en relación a mi persona o a mis sentimientos e ideas, como hacen muchos poetas. Aquí la que considero mi versión personal del ciclo de la lluvia (ojalá así me lo hubieran enseñado en la escuela).


Nubes

Nubes blancas,
de algodón,
parecen de terciopelo.
¡Qué bonitas son las nubes!
Sí, porque adornan el cielo.

Nubes blancas, perfumadas,
que cuando están enojadas
se tornan en serio gris.
Mas cuando el coraje pasa,
cual si fueran matizadas
recuperan su matiz.

¡Quién fuera una nube blanca,
hermosa, bella, divina,
que flotara como un velo!
Caer en forma de lluvia,
luego de agua, evaporarse…
¡Para retornar al cielo!

viernes, 26 de diciembre de 2008

VIDA NUEVA

El siguiente poema fue el primero -y el último- que les mostré a unas compañeras de la preparatoria. En aquél entonces no sabía que la poesía es solamente para los poetas, y por supuesto para algunos que sin ser poetas la aprecian. La triste anécdota de este poema es que una de mis amigas (y en realidad era mi amiga) se rió cuando terminó de leerlo. No lo hizo por maldad ni por burlarse, estoy completamente segura de eso; lo hizo por ignorancia, porque no supo cómo reaccionar, pero yo me sentí muy mal, muy incómoda por su reacción. Preferiría que me dijeran que es un poema muy malo antes que reírse de él, pero la gente a mi alrededor nunca ha estado acostumbrada a leer poemas, esa es otra triste realidad. Desde entonces se los he mostrado a muy pocas personas. Hubo una época en la que cada poema terminado se lo mostraba a mi papá. Sabía que él me entendía porque el también escribía (o escribe, no lo sé) y que por lo tanto nunca se reiría. El publicar aquí estos poemas no me resulta tan fácil porque nunca lo había hecho, sin embargo, por primera vez no me preocupa si alguien los lee y al terminar de hacerlo se ríe o no.
Vida Nueva


Rosa, no te marchites
en mi jardín.
Porque si te marchitas
muere tu vida,
no soy feliz.

Mira el cielo dorado
cuando los rayos
del sol relucen.
Mira las estrellitas
cuando de noche
prenden sus luces.

Vida, no te termines,
jamás te mueras
dentro de mí.
Se apaga el arco iris,
muere la noche,
no soy feliz.

Si la vida se acaba,
el sol se apaga
para mi ser.
Nunca más tendré nada
ni una esperanza
para reír.
Pierde la luna el brillo,
la luz el cielo,
no soy feliz.

Pero, si las gaviotas
vuelan felices
retando al aire…
pienso que las personas
pueden sonrientes
soñar, amarse.
Si mi sueño se cumple,
si el amor nace,
lo siento así;
se abrirá un cielo nuevo,
una sonrisa…
¡Y seré feliz!

jueves, 25 de diciembre de 2008

MI PRIMER POEMA "FORMAL"

He aquí el que considero mi primer poema completo. El hecho de haber sido “bautizado” formalmente le otorga ese título y aunque en aquél momento yo no sabía realmente que ya empezaba a ser poeta (no me consideraba entonces una de ellos, según la segunda estrofa), pero creo que el contenido expresa ese deseo. Por éstos días ya estudiaba ya en la preparatoria, pero nunca tuve ni he tenido hasta la fecha la costumbre de fechar mis versos. Afortunadamente siempre los he mantenido en orden cronológico, lo cual me da una idea de la época en la que los escribí. De cualquier forma nunca nadie sabré, ni siquiera yo, la fecha exacta del nacimiento de los mismos, con excepción de uno o dos. ¿Realmente importa? A veces sí, en ocasiones me gustaría saber la edad que tenía cuando escribí éste o aquél verso, aunque no sé de qué me serviría…


A la inspiración de los poetas

Vivo en el sol dorado,
cerca del cielo azul,
muy cerca de las nubes,
muy cerca de la luz.

¡Oh loca inspiración
que tienen los poetas…
…dame un poco de ti,
no me cierres las puertas!

Entra en mi corazón,
llénalo de alegría…
¡Viva el ayer y el hoy!
¡Viva la vida!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

PEQUEÑOS VERSOS QUE QUISIERON SER POEMAS

Los siguientes versos los incluí en el bloque anterior cuando los llevé a registrar, y aunque es mi deseo permanente publicar todo en orden cronológico, en esta ocasión los transcribo en este momento porque se trata de versos cortos que ya están registrados. Alguna vez quise que fueran poemas completos, pero eso es algo que no puede forzarse, de modo que quedaron así. Tengo muchísimos más de este tipo pero no puedo transcribirlos ahora porque no los he registrado todavía. Los escribí después de mi época de secundaria, aunque no logro recordar cuándo, pero deben ser posteriores a mi etapa preparatoriana o universitaria, lamento no recordarlo con precisión.

LXXXII.
De cristal y papel,
de papel y cristal;
Dios hizo a esta mujer,
y le colgó un cartel
de “Prohibido tocar”.


LXXXIII.
Nací con la semilla
de amores prohibidos.
Es por eso que todos
los versos que has leído…
los que te han cautivado,
los que te han conmovido,
han sido de ninguno;
y de todos han sido.


LXXXIV.
Vivo entre ríos de recuerdos,
y entre mares de nostalgia.
Me resulta inevitable
navegar por estas aguas.


LXXXV.
Bien, ojalá me muriera,
ojalá el dolor matara.
Pero no mata ni entierra
el amor, sólo desgarra.

martes, 23 de diciembre de 2008

LOS CASI-VERSOS PSEUDO-ROMÁNTICOS DE LA PRE-ADOLESCENCIA

Los siguientes versos intentaban ser románticos (supongo yo), hablan de las cursilerías que florecen en la adolescencia (en mi caso podría decir en la pre-adolescencia) y de la primera concepción –errónea, por cierto– de lo que es el amor (bueno, tal vez lo era a esa edad en la que uno tiende a idealizarlo todo, aunque analizándolo bien sigo en la misma situación). Lo curioso es que estos versos que a continuación transcribo son los que menos me gustan de todo cuanto he escrito en primer lugar por la poca calidad de su forma y estructura (viéndolo bien la mayoría son simples ejercicios en los que se buscaba era la rima), así como su poca profundidad y ligereza de contenido. Esto puedo explicarlo completamente y sobre todo por si alguna vez alguien que me conozca llegue a leerlos, he de decir que a los once años y rehusándome fervientemente a abandonar mi niñez, este tipo de temas llegaban a mi mente y a mi pluma por imitación, no por hechos que se hayan desarrollado en mi vida durante esa época (o durante ninguna otra). La verdad es que mientras otras niñas tenían novios o soñaban con tenerlos, yo dedicaba estos versos a seres totalmente imaginarios (como sigo haciéndolo ahora, ni más ni menos). Para algunas personas puede ser difícil de entender y al leerlos podrían dar por hecho que un algún ser real podría habérmelos inspirado, pero quiero aclarar que no fue así. Que aunque muchos duden de que se pueda escribir poemas de amor sin estar enamorado, aseguro por experiencia propia que es más fácil escribir poemas de amor sin estar enamorado que estar enamorado sin escribir poemas de amor. Eso es algo que jamás podría poner a discusión. El hecho de que los siguientes versos sean entonces de una estructura poética tan básica y carezcan de un destinatario a quien se le pudiera poner un rostro o un nombre, podría restarles algo de valor. Pero no puedo y no quiero dejar de recordar que fueron de los primeros que escribí y que nunca he sido niña genio, de modo que a los 11 años y sin ningún tipo de apoyo técnico, lo admito, esto era lo mejor que tenía.


XXIII.
Quisiera ser la paloma
a la que tu admiras tanto,
y no ser esa persona
por la que derramas llanto.


XXIV.
Quisiera ser golondrina,
volar bajo el cielo azul…
y después de muchos vuelos,
llegar a donde estás tú.

Recorrer los siete mares,
polo norte, polo sur…
Olvidarme de pesares,
tan sólo saber cantares
en una noche de luz.

XXV.
El amor es un sentimiento
que nace del corazón.
La amistad cuando es sincera,
una muy linda ilusión.


XXVI.
Ya no llores, no te acuerdes
de aquél amor que perdiste…
que aquél amor no se acuerda
ni de ti, ni de quién fuiste.



XXVII.
Fue la estrella de Belén
un lucero de ilusión,
y tus ojos son también
la guía de mi corazón.


XXVIII.
Ángeles hay en el cielo,
humanos hay en la tierra,
y en mi rojo corazón
amor hasta que me muera.


XXIX.
Solamente una nube ha quedado
en el grande cielo azul,
solamente un recuerdo he guardado
de un amor que fuiste tú.


XXX.
Eres luz de mi camino,
eres sol de mi existir,
eres el sueño dorado
que un día se pudo cumplir.


XXXI.
Gaviota, vuela muy alto,
vuela muy lejos también,
pues yo ya no puedo hacerlo,
porque él ya no está a mi lado,
porque se ha marchado él.

Y me sentaré a esperarlo,
y mucho voy a sufrir,
y si él ya no vuelve nunca;
juro que voy a morir.

Quisiera tener tus alas,
y tener tu libertad,
quisiera volar muy lejos,
quisiera poder amar.


XXXII.
Dices que me quieres mucho,
que nunca me harás sufrir,
aún no entiendo, amigo mío,
¡qué manera de mentir…!


XXXIII.
¡Oh! ¡Cuánto fue mi infortunio…
y cuánto fue mi dolor…
…aquélla noche de junio
que te entregué el corazón!


XXXIV.
En una noche preciosa,
con una luna de queso,
él me regaló una rosa;
y me quiso dar un beso.


XXXV.
Te entrego mis sentimientos,
te entrego mi corazón,
y te entrego toda el alma
en ésta bella canción.
XXXVI.
Nunca te vayas de mí,
te lo pido por favor,
nunca tu me hagas sufrir,
ni te olvides de mi amor.


XXXVII.
Acuérdate de mí,
cuando los pájaros canten
y si me amas como yo a ti,
no te olvides de llamarme.


XXXVIII.
Si para llegar al cielo
hace falta una ilusión,
dime, vida, ¿cómo llego
dentro de tu corazón?


XXXIX.
Si quieres que yo te quiera,
sólo tienes que quererme,
y decirme que me quieres
para que pueda quererte.


XL.
Cuando el amor es sincero,
no hacen falta las palabras;
el cariño verdadero
se expresa con la mirada.


XLI.
Te amo, te quiero y te adoro
como no tienes idea…
tal vez por eso a mi amor
se lo lleva la marea.


XLII.
A veces quisiera odiarte,
quisiera darte la muerte,
pero sólo puedo amarte,
nunca dejar de quererte.

XLIII.
Tengo una duda clavada,
clavada en el corazón,
¿me quieres o no me quieres?
dime SI o dime NO.


XLIV.
Quisiera saber canciones,
tan sólo para cantarte,
y tener mil ilusiones
en mi mente para amarte.


XLV.
Palomita, si eres buena,
dile que no vuelva aquí,
porque su amor me condena;
y también me hace sufrir.

Yo no quiero tener penas,
tampoco quiero llorar,
yo quisiera, palomita,
tan sólo felicidad.


XLVI.
No me interesa el amor,
no me importa en absoluto,
yo ya nunca podré amar
porque mi alma está de luto.

XLVII.
Bien dicen que en esta vida
no todo es amor y suerte,
pero la mía si es divina
mientras yo logre tenerte.


XLVIII.
Te pregunto si me quieres…
no me das contestación.
Sólo oyes atentamente
lo que dice tu interior.

Y aunque quieres decir SÍ,
tu boca dice que NO.
Eso lo dicen tus labios,
pero no tu corazón.


XLIX.
Si te vas ya no me mires,
no me mates de tristeza,
si quieres que yo te olvide,
si quieres que no me muera.


L.
Cuando una flor se marchita,
su vida ya ha terminado.
Cuando el corazón palpita,
es porque está enamorado.

LI.
Un brillo miré en el cielo
de luz, amor y cariño,
yo pensé que eran tus ojos;
y era una estrella que me hacía un guiño.


LII.
¡Qué bondad hay en tus ojos!
¡Qué amor en tu corazón…!
En tu corazón tan rojo,
motivo de mi ilusión.


LIII.
Hay un secreto en mi mente
que no me deja vivir,
es el amor simplemente
que hacia ti debo sentir.


LIV.
No tengo porqué mentirte,
no tengo porqué engañarte,
pero no vuelvas a herirme,
ni vuelvas a enamorarme.


LV.
Tienes un mirar divino,
que a cualquiera desbarate,
pero a mí, aunque beba vino,
ni me asusta, ni me mata.


LVI.
Hay cosas que no se explican,
y que no tienen razón,
como el amor que yo siento
muy dentro del corazón.


LVII.
Por favor ya no me mires,
tampoco vuelvas a hablarme,
puede ser que yo te odie;
o que vuelva a enamorarme.


LVIII.
Aún no comprendo del todo
ese juego sin razón,
esa tontería tan grande;
eso que llaman AMOR.


LIX.
A veces quisiera darte
el amor que guardo dentro,
pero sólo me conformo
con darte mi pensamiento.


LX.
Quiero darte dos estrellas,
y darte todo mi amor;
quiero decirte que te amo
y entregarte el corazón.


LXI.
No quiero la luz del sol,
tampoco la de la luna,
tan sólo tu corazón,
y tendré dicha y fortuna.


LXII.
Nunca sabrás de mi amor…
siempre lo tendré en silencio,
tan sólo lo sabrá el sol
cuando se lo lleve el viento.


LXIII.
Siempre que mires el cielo
deja ver tu pensamiento,
y no te olvides cariño
del amor que yo te tengo.


LXIV.
Si ves un niño llorando
dale amor y comprensión,
como lo harías si estuviera
sufriendo mi corazón.


LXV.
Yo no sé cómo decirte
que no te puedo olvidar.
Yo, que antes pensé que nunca
te podría llegar a amar.


LXVI.
Vida mía, lejanos amores…
¡Cuántas noches en vela he pasado…!
Esperando el cariño perdido…
¡el amor que yo nunca he olvidado!


LXVII.
La felicidad es mía,
pues yo nunca la he robado;
y tu amor es también mío,
pues yo siempre te he adorado.


LXVIII.
Luz plateada de la luna,
la luz dorada del sol,
me recuerdan claramente
algo que se llama amor.


LXIX.
Tú sabes cuánto te quiero,
Tú sabes cuánto te adoro,
Pero no sabes, mi vida,
¡cuánto por tu amor yo lloro!


LXX.
El sol es de oro,
la luna es de plata,
y tus ojos vida mía;
tienen un mirar que mata.


LXXI.
Rodeando mi castillo
hay una enorme muralla,
que he colocado en silencio,
para que nunca te vayas.


LXXII.
Te quiero decir (muy quedo,
para no comprometerte)
que el amor que por ti siento,
no lo borra ni la muerte.


LXXIII.
Hoy te pido que me entiendas,
te lo pido nuevamente,
y que nunca tú me apartes
de tu alma ni de tu mente.


LXXIV.
Te quiero con toda el alma,
te amo con el corazón,
te adoro con mis sentidos,
y te canto con mi voz.


LXXV.
Hoy yo canto estas canciones
que dedico para ti.
te pido que no me olvides,
y siempre pienses en mí.


LXXVI.
Hoy te llamo con el alma,
y con todo el corazón…
esperando que comprendas
lo dulce de mi canción.


LXXVII.
Si tu vivieras sólo para mis ojos,
si tú quisieras darme felicidad,
si tu pudieras vivir para mis ojos,
mis ojos vivirían para ti nada más.


LXXVIII.
Un rayo de luz
entró por mi ventana,
y apareciste tú
como el sol a la mañana.


LXXIX.
Con toda el alma quisiera
quisiera mi amor cantarte;
y que ese canto pudiera
hasta el corazón llegarte.


LXXX.
Mariposas voladoras,
llévenle a mi bien amado
mis versos y mis poesías,
y mi amor desesperado…

Díganle que lo amo tanto,
y que lo extraño de veras,
mariposas soñadoras
que adornan la primavera.


LXXXI.
Tú sabes bien que en mi vida
lo que sobra es el amor,
que brilla como en la tierra
siempre ha de brillar el sol.

Pero tú sabes también
que mi tristeza es profunda,
que ese amor no me hace bien,
que mi alegría no es fecunda…
Que me hace falta un amor
como siempre lo he pensado:
romántico y soñador,
¡un eterno enamorado…!

lunes, 3 de noviembre de 2008

EMPIEZO POR EL PRINCIPIO

Mis primeros versos surgieron en un lugar poco usual como lo fue el salón del taller de mecanografía… ¿poco usual? No lo sé, porque nunca he sabido nada acerca de los lugares en donde los poetas dan a luz a sus hijos. Jamás he leído o escuchado al respecto. Debe haber lugares más extraños.

Tenía solamente once años, me aburría mucho en la clase y no le encontraba sentido a lo que hacía en la misma. Copiar letras que ni siquiera formaban palabras tenía un objetivo puramente mecánico que a mi sinceramente no me interesaba ni me atraía, de modo que en algún luminoso momento de mi existencia se abrió esa puerta por la que entré, yo diría de forma inconsciente a un mundo particular, maravilloso, eterno. El mundo al que pertenezco, al que hube de enlazar mi destino para siempre, sin en ese momento saberlo o pensarlo.

Aquélla luz debió haber entrado a mi mente como un relámpago, y en algún prodigioso instante, los tipos metálicos de la máquina se sucedieron, guiados por mis manos…mis manos, guiados por mi mente, y mi mente guiada por esas -entonces- pequeñas dosis iniciales de inspiración divina, y en aquéllas hojas aparecieron, por primera vez; y en lugar del “asdfg” o el “ñlkjh”… ¡mis versos! que en su mayoría eran sólo estrofas aisladas, independientes.

Después de todo este tiempo, los reproduzco aquí…después de la evolución de las máquinas mecánicas e incluso de las computadoras. Lo curioso es que al leerlos los ve realmente como a mis hijos, porque son y serán siempre parte de mí. El inicio, el principio, el despertar…la chispa que encendió el fuego. La infancia de mi poesía.

Así empezó todo. Así nacieron: Bajo el ruidoso y metálico compás de una máquina de escribir.

EL CIELO
El cielo es la esperanza de la vida,
es el consuelo de un alma entristecida,
es el aliento diario de la gente,
la gente que siempre mira hacia arriba.

EL MAR

El mar es la dicha de lo inmenso,
es la gloria de lo desconocido,
es el tremendo rugir del silencio,
El retumbar del mundo estremecido.

EL AIRE

El aire es una ráfaga de viento,
el aire es un silbido volador,
que eleva los mensajes hacia el cielo,
con la esperanza, la dicha y el amor.

EL SOL

El sol es una estrella luminosa,
la que alumbra el sendero de lo nuevo,
es una luz que da alegría a la vida,
es un diamante escondido en el cielo.

EL ARCO-IRIS

Es aquí donde nacen los colores,
es aquí donde acaban los desvelos,
donde habitan los pájaros cantores,
que llenos de color alzan el vuelo.



I.
El sol brilló una mañana,
temprano, al amanecer,
se asomó por tu ventana
y subió al cielo otra vez.


II.
Los árboles son frondosos,
cuando primavera es…
los árboles son hermosos
si los miras, si los ves.


III.
La vida es maravillosa,
es como la primavera,
la vida es como una rosa
en una mañana fresca.


IV.
Con estudio y dedicación
podrás triunfar en la vida,
con tu alma y tu corazón
no olvidarás a una amiga.


V.
Este día es muy bonito,
pues tiene un sol y una luna,
¿qué días no los tendrán…
para convidarles una?


VI.
El sol brillante y radiante
se asoma por la montaña,
quiere ver quién despertó
para entrar por su ventana.


VII.
Cuando el corazón nace,
la vida se hace.
Cuando el corazón se apaga,
la vida se acaba.


VIII.
Amanecer…tras la montaña,
el sol dorado se quebró…
y dejó caer sus rayos,
¡Ay!... ¡Cómo lo sabré yo!


IX.
Sólo quiero para ti
un futuro muy deseable,
siempre te recordaré
porque eres inolvidable.


X.
El mundo tiene países,
las almas llevan canciones,
las plantas tienen raíces,
y mi vida, sensaciones.


XI.
Mis lágrimas son la lluvia,
la lluvia que cae del cielo,
un torrente, una canción,
mis lágrimas son consuelo
de mi pobre corazón.


XII.
Jamás odies a la vida
aunque ésta te haga sufrir,
vida solamente hay una,
y la tienes que vivir.


XIII.
Un día te conocí,
por años yo te traté,
hoy me despido de ti,
mas nunca te olvidaré.


XIV.
El que empieza un buen camino
bien acaba lo que quiere,
y si no triunfa en la vida
es porque no lo merece.


XV.
Te quiero decir amigo
todo lo que te deseo:
Feliz Navidad, divino
y muy próspero Año Nuevo.


XVI.
Muy adentro de mi alma
tengo un secreto escondido,
no te lo puedo decir
porque es un secreto mío.


XVII.
La tierra, el mundo…es igual…
pero yo me pongo a pensar:
¿cuántas estrellitas
titilando están?

XVIII.
Es pasión la poesía
es bálsamo y también
la ropa que me pongo
debajo de la piel.


XIX. (Sin título, pero inspirada en mi mamá, debe haber sido mi primer poema,
ya que consta de 4 estrofas)

Las flores tienen aroma,
aroma mágico, sí,
y yo tengo a una persona
que me quiere mucho a mí.


Que me quiere mucho a mí,
como yo la quiero a ella,
sus ojos son dos diamantes
brillantes como una estrella.


Su boca es de caramelo,
y su pelo es de seda,
sus palabras son tan dulces,
son tan dulces, son tan tiernas.


Toda ella tiene dulzura,
juventud, amor, belleza…
Tiene algo muy importante:
¡Es una persona buena!


XX.
Todo tiene un inicio,
todo tiene un final,
todo, excepto los sueños;
porque nunca se sabe
dónde y cómo comienzan
y cuándo acabarán.


XXI.
La poesía soy yo:
soy toda poesía.
La poesía lo es todo,
y es toda mi vida.